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ungancho

no existimos

no existimos

Me llamo Alena. Mí de Rusia. A mí - 30 años. Quiero explicar donde he tomado tu e-mail dirección. Mi amiga ha conocido el hombre por medio de un sitio.

Aquel el hombre ha dicho que hay un hombre que quiere conocerá también la mujer rusa y ha dado a mi amiga tu dirección del e-mail. Pero aquel el hombre, que ha dado tu dirección del e-mail pedía que hable nunca su nombre, como llaman y donde él vive. Por eso no te diré el nombre de aquel del hombre. No sé había esto la verdad o no, puedes ser no sabes aquel el hombre. Siempre quería, conocerá con extranjero la persona, porque era los hombres del desengaño ruso. Esperar podemos basar las relaciones serias.

Busco el amor.

Trabajo la enfermera en el hospital de la ciudad. Amo las competiciones deportivas, como ocio, a que juego el voleybol. Amo ir con las amigas.

Amo los animales. Tenía el gato, pero en un día esto parte en la calle y no ha vuelto. En la vida I muy sociable, alegre. Tengo muchos amigos y conocido, con que amo comunicar y realizar con ellos el tiempo. Amo mucho tiempo realizar al lago en verano, bañarse, atezarse y simplemente tener el descanso. La temporada querida - la primavera. En este tiempo esto se hace caliente, es posible quitar la ropa superflua. Agradable mirar, cómo publicitario la hojason declinado. En general mí el romántico. Amo soñar sobre hermoso. Agradable ir la tarde caliente sobre el amarradero, mirar al río pequeño, que la gente es ocupada, aspirar el aire fresco. Cuando en el tiempo de calle malo, puedo parecer algo la película interesante. Querido agenre - la comedia como las películas de los horrores como. Pero prefiero escuchar la música. Mis divisas ? con la música en la vida ?. En el week-end I con las amigas van a la discoteca, donde decimos de los problemas. Quería hacer conocimiento aquí, pero sobre la discoteca solamente los jóvenes, y quiero hacer conocimiento con una persona más calificada en Internet.

Si interesaba De usted, podéis escribir sobre mi a los correos.

Los mejores votos

Alena

presente


Vino el Príncipe a mi Universidad, pero yo llegué tarde porque no había casi sitio para aparcar. Saludé a Celia, allá a lo lejos, y me quedé cerca de algunos de mis antiguos alumnos. Pensé en cenar con mis padres, pero recordé que tengo cita a las seis con un profesor de Criminología y se me quitaron los ánimos. Luego bajé haste el coche, recogí los libros y subí al despacho. Tengo que terminar los cuadrantes, solucionar las matrículas en espera y corregir los casos prácticos.

También debo devolverle a Tomás el CD. He descubierto en él algunas cosas buenas.

a ustedes no les gusta el fútbol

a ustedes no les gusta el fútbol

A Luís Aragonés ya lo conocía. Y me gustaba. Pero la empatía personal que produce el hervidero de madrugadas, fichas y parné terminó por afianzar al mito. Un perdedor siempre descubre a un colega, lo detecta, lo localiza. Doctor Livingstone, supongo. No importa la distancia de años luz que separen persona y personaje, ni la ética, ni la moral, ni el carácter; eso da igual. Es la sustancia, la esencia, el olor a orgullo quemado, lo que está fotocopiado.

Luego, unos son profesores, otros futbolistas y otros basureros, pero todos van al mismo grupo. Ya están clasificados. San Pedro les da el mismo número de habitación en la puerta del hotel.

peace on earth

Ser un hábil animal al acecho, escaladora nata, felino intrépido, vertebrado maquiavélico y ruin, es bello. Y denunciar irregularidades, chapuzas, mordidas y/o mediocridad y mierda, un terrible cuestionamiento del derecho ciudadano a recibir una información veraz y ética. El mundo al revés, la razón de la sinrazón, la bomba.  Pero es que en estos tiempos se hace difícil mantener la cordura. George aprendió a tocar el sitar e inició junto a Maharishi Mahesh Yogi un periodo de ejercicios de meditación trascendental a través del canto del mantra japa-yoga. John le cogió el gustillo a la psicología, y desarrolló una terapia primal por la cual se obligaba a confrontar sus traumas infantiles y a sumergir su enfado y su dolor en sus composiciones. Paul, quizá hastiado quizá hambriento, prefirió la cosa fenicia e introdujo rápidamente a su mujer en el crematístico negocio de la música.  Todo es raro, pero esto me parece lírico y aquello cutre, vulgar y nauseabundo. La política es la fatalidad, dijo Napoleón.  O quizá no. Quién sabe.


la vida es bella

No pregunté nunca qué es poesía, pero creí verla, quizá intuirla, en muchas ocasiones. Javier me contó un día que no sabía cómo definir la felicidad, pero que una vez la había llegado a tocar con la punta de los dedos. Bendito sea. Supuse que la idea era contar la victoria del débil, la alegría fugaz del perdedor, pero luego comprendí que casi todo residía en la ternura, en la inocencia. Alguna vez pienso que las emociones viajan en autobús, por desiertos secos y soleados, pero hay días que las imagino en casa de mis padres, o en los bares que cierran, o en las canciones de mi juventud.

Al venir de correr pensé en Ronda, la amiga de Muriel, no sé muy bien por qué. Y de ahí a Priscilla ya no había eslabones, así que decidí volver a escribir. Veamos lo que dura.

curiosa artificialia

curiosa artificialia

Ayer fui con Ana a la Galería de Blanca Soto porque mi amigo Manuel Barbero estrenaba exposición. Ana y yo no salimos nunca, y a Manuel, exceptuando el día que me casé, no lo veía desde hace casi cinco años. Manuel y yo nos conocimos haciendo el IMEC en Granada, cuando ambos teníamos casi todo por delante. Después, ya en Madrid, cada mes de vida y cada muesca en el currículum nos fue distanciando más y más, y mi soberbia acabó impidiendo cualquier tipo de continuidad y contacto. Nos tomamos un par de copas de vino sentados en los escalones de la calle Alameda y recordamos otras vidas. Luego nos dimos un beso y nos prometimos volver a vernos pronto. Nos llamaremos la semana que viene.

correo de mi hermano II

correo de mi hermano II

He oído varias veces en la radio, en relación con el asunto de Air Madrid, que una "familia de acreedores" ha solicitado la suspensión de pagos de la compañía en un juzgado. No es este el foro para preguntar si la figura de la suspensión de pagos sigue existiendo, pero sí para hacer notar que nadie parece extrañarse del curioso ente mercantil o persona jurídica con capacidad de dirigirse a la Administración de la Justicia que es la "familia de acreedores". ¿A qué se refieren? ¿Se trata de una familia de origen siciliano, como los Tataglia o los Manzzini? ¿Es un término clasificativo, sinónimo de "grupo de acreedores", "género de acreedores", "clase de acreedores" o, despectivamente, "ralea de acreedores"? ¿O es más bien una figura literaria, como podría ser la "estirpe de acreedores" o incluso la "saga de acreedores"? ¿Y cuántos son? ¿Un padre y un hijo, o una familia enorme, como podría ser la de unos gitanos que van a ver a un familiar al hospital? En este último caso, hasta se podría hablar de una "etnia de acreedores"...

En fin, es como para estar intrigado.

biografía autorizada

Hubo un tiempo de soberbia y ceguera en el que, como todo adolescente, creí estar señalado por el dedo de la suerte y el talento. En mi caso, ese tiempo duró mucho, y se caracterizó por la quema compulsiva de oportunidades y la jactancia en la derrota. Las poquísimas posibilidades reales de progresión y éxito que me ofrecía la vida las solía confundir a menudo con mi propio destino, y gozaba martirizándome y maldiciéndome por las horribles consecuencias derivadas de mis propias decisiones. Total, no tardaba mucho en creer ver cómo se abrían nuevos abanicos de expectativas que poder desperdiciar. 

He tardado mucho tiempo en darme cuenta de que soy una persona normal y corriente, y que mis genes tienen tanto ingenio o inteligencia como los de los demás mortales. Pero la vida, quizá sabia, quizá lógica, no ha hecho conmigo esa reflexión y, en vez de dispensarme la cantidad media de frustración por individuo, continúa creyendo que necesito las sobredosis tantas veces solicitadas de angustia, fracaso y desesperación. Ya no quiero equivocarme más, ya no quiero ser infeliz, pero la providencia me trata como si fuera todavía el tipo cobarde y débil -pero con suerte- que le hice creer que era. 

Odio a aquel adolescente ciego y siento lástima por el adulto fracasado. Me da mucha pena ver lo que he hecho con mi vida.

¿volveré?

¿volveré?

Señores, me caso.

el miedo

el miedo

Un chico de 36 años, gigantesco, perfectamente cuadrado y extraordinariamente amable, ha terminado de hacer la mudanza. Es ingeniero de telecomunicaciones y no tiene tiempo para llorar por él ni para ser pesimista por nadie. Tampoco creo que se piense mucho si ha de hablar con el vecino, o avisar al portero de la urbanización, o dejar dos o tres cosas claras delante del casero.

No tiembla, no gime. Él es el hombre que mató a Liberty Valance y yo soy un pobre cobarde.

La clarividencia no me salva. La sinceridad tampoco. La vida era esto.

un mundo monótono, mísero y triste

un mundo monótono, mísero y triste

Blanca Varela ha ganado la XVI edición del Premio Reina Sofía de Poesía.

CURRICULUM VITAE

digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora.

¿quién es Adán?



El rock suburbial de Poncho K no suena a El canto del loco ni a Bisbal. Su música -y sus letras-, aunque beben de muchas fuentes, no dejan de resultar frescas y distintas.

Robe Iniesta es el origen. Poeta involuntario y maldito, convicto y confeso de la trasgresión, fue un antisistema original, frágil, sincero y absolutamente falto de ambición. Pocho K sólo tuvo que darle un toque un poco más flamenco al ritmo y comulgar con ataduras con las que el fundador de Extremoduro jamás se habría sentido a gusto.

Pido perdón por Eva Hache y su patética entrevista, que sólo cuelgo por la asombrosa naturalidad con que Iñaki Antón y Robe Iniesta contestan a las memeces impostadas y supuestamente cómplices de la entrevistadora.

una noche interesante

Las vueltas que da el destino son las que deben haberme relacionado con un concejal de Torrelodones y con los veranos de minifutbol y pipas. El casi adolescente blanquecino y débil de entonces es ahora un profesor frustrado, blanquecino y débil también. El Concejal es más rico. Esta tarde se parece mucho a aquella mañana, en la piscina del Club, y este calor a aquél miedo que sentí al llegar a Hendaya, cuando debí haber entendido que mi romántica historia sí tenía final. Me imagino los salones del Casino, para los que no hay estaciones ni temperaturas, y pienso en los sorprendentes ojos verdes de Marisol, que miraban a otro lado mientras yo los miraba a ellos. No consigo concentrarme, busco en Internet y tomo café con uno de mis compañeros. Leo una entrevista con Ariel Rot, al que una vez vi de lejos, y escucho algo de música. “Trajes de Comunión a 100 euros”. Trato de hacer algo con tal de no corregir exámenes, pero hace mucho calor y me llaman mis jefes para proponerme un viaje. Ana se alegrará. Yo veré Las Palmas. Me pregunto si con un pollo las cosas irían mejor. No creo.

superconsciente

Pero ¿todavía existen chicas así?. O, mejor dicho ¿existieron alguna vez?

arte

arte

Nos preguntamos muchas veces por qué la generalidad de arquitectos contemporáneos diseñan obras que, simplificando y vulgarizando, podríamos llamar "posmodernistas". Obras que tienen como denominador común singularizarse y contrastar en el contexto arquitectónico en el que son realizadas, y de las que un ejemplo, desgraciadamente todavía común, es la construcción en los centros urbanos e, incluso, en los cascos antiguos de nuestras ciudades, de edificios descaradamente “chocantes”, que no guardan la estética con el entorno -un entorno de edificios antiguos y bellos-, y que rompen, cuando menos, la armonía general del conjunto.

Cabría sugerir, más desde la intuición que desde el conocimiento, que la búsqueda de ruptura de la obra con el estilo arquitectónico del entorno ha pasado a ser un valor de peso para los artistas. Ese imprescindible desencuentro entre estilos, que en una primera fase podría provocar rechazo, realza sin embargo la existencia misma de la construcción, e identifica de esa forma al edificio como a una obra de arte. Si a eso sumáramos que la búsqueda de un estilo propio y constante (repetitivo, me atrevería yo a añadir) ha pasado a ser también la seña de identidad necesaria para los arquitectos de firma, el resultado no puede ser otro que ese abundante “desencuentro contextual” (tan impactante puede ser un grandioso edificio posmodernista de cristales, con columnas, pilastras y ornamentos diversos -por ejemplo, de Boffil-, que los mastodontes deconstructivistas de titanio retorcido, con formas imposibles, de Frank Gehry).

Pero no debemos olvidar que esta percepción no es nueva y que, a lo largo de la historia, la humanidad ha ido llenando las ciudades de edificios acordes con la técnica y los gustos de su momento histórico, con bastante desprecio por la uniformidad del conjunto. El tiempo puede hacernos percibirlo de otra manera -ya que, transcurridos unos años, todo lo construido queda automáticamente incluido en el grupo de lo antiguo, cuya característica común es la de ser distinto de lo moderno-, pero resulta evidente que algunos de nuestros antepasados mostraron menos respeto aún que nosotros por conservar el estilo de lo que había cuando pusieron fachadas neoclásicas en catedrales góticas, cuando construyeron coros barrocos dentro de iglesias románicas y cuando edificaron una torre de hierro en el casco antiguo de París. Es más, los pocos que han querido imitar o reconstruir el pasado -arquitecturas neogóticas y neomudéjares, o recuperadores de la edad media como Violet le Duc en Francia- suelen ser considerados como mediocres. La cuestión de por qué ahora se construyen cosas contemporáneas y discordantes junto a edificios históricos, que hace poco tiempo planteara en público el preclaro Príncipe de Gales, habría que reformularla preguntando por qué siempre se ha hecho así. Porque, ¿qué llevó si no a los habitantes de Beauvais (al norte de Francia) a intentar edificar la catedral más alta del mundo en el centro de un pueblo donde ninguna casa tenía más de dos pisos, en pleno siglo XIII?

receso

receso

Acaba de publicarse en España, por primera vez, la poesía de Giovanni Quessep. Él, casi octogenario, y yo, ignorante y advenedizo. No me atrevería a definir su obra, cultista y posmoderna, pero también honda y personal. Me equivocaría.

Belén, que rozó mi cadera con su pelo y con su brazo, que me dejó besarla y abrazarla, nunca lo entendería. Aunque fuera un sueño.

PÁJARO

En el aire
hay un pájaro
muerto;
quién sabe
adónde iba
ni de dónde ha venido.
¿Qué bosques traía,
qué músicas deja,
qué dolores
envuelven
su cuerpo?
¿En cuál memoria
quedará
como diamante,
como pequeña hoja
de una selva
desconocida?
Pero en el aire
hay un patio
y una pradera,
hay una torre
y una ventana
que no quieren morir
y están prendidos
de su cola
larga de norte a sur.
En el aire
hay un pájaro muerto.
No sabrá de la tierra
ni de esta mancha
que todos llevamos,
de las máscaras
que lapidan,
de los bufones
que hacen del Rey
un arlequín perdido.
¿Quién lo guarda,
quién lo protege
como si fuera
la mariposa angélica?
Pájaro muerto
entre el cielo y la tierra.

correo de mi hermano

La historia-ficción ha llegado al periodismo deportivo. En El Mundo Digital del pasado domingo podía leerse un comentario sobre el partido que enfrentó a España con Dinamarca, en el que el redactor afirmaba que la selección española había estado "fuera del partido, con Damocles por ahí suelto, amenazante sobre las coronillas de los jugadores españoles y de su seleccionador". O sea, que este hombre de pluma ágil ignora que Damocles era la potencial víctima de la espada, lo considera su propietario y lo imagina en activa deambulación, blandiendo su arma y dispuesto a herir con ella al pobre Luís y a sus adocenados pupilos.

Qué tío, Damocles.

vanitas

vanitas

La tragedia ajena nos hace callar. Fortalece la empatía, e impide hablar de los demás con desvergüenza o descaro. Invita a pensarnos las cosas dos veces y, generalmente, nos motiva a ser indulgentes con el prójimo, especialmente con sus defectos y sus debilidades.

Julián Contreras Jr. apenas tiene el bachillerato, pero eso no le impide ser inversor, profesor de aerobic y famoso. El sábado pasado concedió una entrevista a El Economista, en la que reconocía "invertir sólo en futuros, no en acciones", "sentirse cómodo" hablando del Mercado de Chicago, de soportes, resistencias y gaps, y, finalmente, ser un gran amante de la lectura -"hay que leerlo todo"-.

¿Cómo se acercó al mundo de los futuros? Me lo comentó un amigo -Aitor Zárate, autor del libro Cambio de vida. Así me hice rico- en la piscina. En un primer momento no me atrajo, pero después sí despertó en mí curiosidad. Me familiaricé con ese mundo estudiando artículos y libros, y después pasé ya a hacer cursos.

¿Qué manuales recomienda? No hay un libro que englobe todo el conocimiento. He aprendido mucho de las biografías de Soros, Rockefeller y Kostolany. 

El Economista, por lo demás, recoge la propuesta de Avanzit de premiar una idea original para bautizar a su división audiovisual. 

¡A jugar!

pero ¿qué clase de blog es éste?

pero ¿qué clase de blog es éste?

Hoy por hoy, él es la Justicia. Así que habrá que arrimarse bien por si se pega algo.

Yo -lo habrán imaginado- soy el más feo.