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ungancho

curiosa artificialia

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Ayer fui con Ana a la Galería de Blanca Soto porque mi amigo Manuel Barbero estrenaba exposición. Ana y yo no salimos nunca, y a Manuel, exceptuando el día que me casé, no lo veía desde hace casi cinco años. Manuel y yo nos conocimos haciendo el IMEC en Granada, cuando ambos teníamos casi todo por delante. Después, ya en Madrid, cada mes de vida y cada muesca en el currículum nos fue distanciando más y más, y mi soberbia acabó impidiendo cualquier tipo de continuidad y contacto. Nos tomamos un par de copas de vino sentados en los escalones de la calle Alameda y recordamos otras vidas. Luego nos dimos un beso y nos prometimos volver a vernos pronto. Nos llamaremos la semana que viene.

2 comentarios

celia -

¿por qué ya no escribes?

yo -

hola