el miedo
Un chico de 36 años, gigantesco, perfectamente cuadrado y extraordinariamente amable, ha terminado de hacer la mudanza. Es ingeniero de telecomunicaciones y no tiene tiempo para llorar por él ni para ser pesimista por nadie. Tampoco creo que se piense mucho si ha de hablar con el vecino, o avisar al portero de la urbanización, o dejar dos o tres cosas claras delante del casero.
No tiembla, no gime. Él es el hombre que mató a Liberty Valance y yo soy un pobre cobarde.
La clarividencia no me salva. La sinceridad tampoco. La vida era esto.
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celia -