correo de mi hermano
El vendaval de estulticia de periodistas y políticos nos sigue azotando sin piedad. Josu Erkoreka, del Peneuve, ha declarado que Bono, como los cabestros y a diferencia de los animales mansos, debe estar bien acotado. Dejando al margen la distorsión semántica que supone utilizar como complemento directo del verbo acotar a un semoviente, ¿qué creerá este hombre que es un cabestro? ¿Algo así como un toro, pero carnívoro, más grande y con más mala leche? El hecho de vivir en una región ganadera de abundantes pastos, ¿no le ha facilitado enterarse de que un cabestro es precisamente un toro castrado y por ello manso? Se usa mucho en Italia la palabra cabestro como insulto que cuestiona la masculinidad del que lo recibe. En España se utiliza más contra quienes se quiere tachar de cortedad mental o torpeza. Pero el cabestro de Erkoreka tiene pinta de ser más bien un cruce entre el minotauro y el abominable hombre de las nieves.
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