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demagogia

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Se lo dije a Álvaro. Me sorprende siempre el entusiasmo. El mundo gira sin cesar, indefectible, acelerado por ese optimismo común, energético e inconsciente, mientras muchos de nuestros semejantes sufren. Me siento enormemente culpable por no hacer nada. Y no me refiero a grandes catástrofes ni a ingeniosos o trascendentales remedios. Hablo del día a día de las personas normales y corrientes. De la certeza de que hoy habrá hombres y mujeres que se acostarán absolutamente abatidos y amargados.

 

El sueño, paradójicamente, adormece, narcotiza, pero, a la larga, tampoco sirve. No resuelve mi vida ni la de los otros. El cinismo tampoco. Ni los vicios. Estamos perdidos.

2 comentarios

deliquescente -

Precioso comentario, Álvaro, gracias por esas palabras de ánimo para nuestro amigo.

Alvaro Ramirez -

Podremos estar perdidos, pero no deberíamos rendirnos, no crees?.
El cinismo no soluciona nada, tampoco las lágrimas.
Pero como el Sísifo de Camus pienso que debemos volver a subir la piedra a la montaña sin desánimo. Hay mucha dignidad en eso. Y si de repente encontramos en el camino a alguien con quien conversar y acompañarnos, tal vez el destino no parecerá tan gris y despreciable.

De hace un par de meses para acá vengo intentando aprender a agradecer a la vida el que milagrosamente amanezca vivo cada día.

Gracias por tus textos. Me place leerlos e incitan a la reflexión.