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ungancho

el olor de Dinamarca

Leo en el editorial de El País de hoy que "(como) respuesta a la más fuerte acusación del portavoz popular, García Escudero, en relación al asunto del etarra De Juana (,) la argumentación del presidente fue que situaciones similares se habían dado en el pasado sin mayor escándalo. Mezcló, sin embargo, situaciones heterogéneas. La mayoría de las 306 excarcelaciones anticipadas de etarras con el Gobierno del PP entre 1996 y 2004 -incluida la de Iñaki Bilbao, que a los dos años de salir asesinó a un concejal socialista- no fueron "decididas" por el Gobierno de entonces, sino resultado de las redenciones de penas por trabajo del Código de 1973. Sirven de referencia para poner en su contexto que De Juana hubiera cumplido la pena tras sólo 18 años en prisión; pero tiene poco que ver con la decisión de concederle la prisión atenuada (...)".

El Mundo recoge la declaración del confidente "Cartagena", uno de los testigos del juicio por la masacre del 11 M., en el que cuenta una de sus entrevistas con la policía: "(...) Me empezaron a preguntar por el grupo de El Tunecino. Yo decía: "Pero si todo eso ya os lo había dicho". El supuesto comisario se levantó, y le oí decir: "Como este moro  hable, la hemos cagado".

Malos tiempos, pues, para la lírica. Los amigos se rebelan contra los amigos, los confidentes contra los confiados...

Y entre tanta infidelidad, entre tanto maquiavelismo, la camarera rubia de la cafetería mira con deseo a una de las alumnas de primero, mientras le sirve un café caliente con leche fría. ¿Quién habló del fin del mundo?, ¿quién crispó?, ¿quién estableció las reglas?. Ya lo dibujó Brueghel hace mucho; hay sitio todavía para el amor.

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