instrucciones para dar cuerda al reloj
No sé qué habrá pasado con aquel Plan de Fomento de la Lectura, iniciado en el año 2001 por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y con un período de duración de tres años -en su primera fase-. Pero la campaña Libros a la Calle, impulsada por las Asociaciones de Libreros y Editores de Madrid y, en su momento, asociada a aquel Plan, sigue cubriendo las paredes de las librerías, muchos escaparates y algunos vagones de metro con una curiosa iniciativa: pequeños posters, tamaño folio, con citas o extractos de la obra de cualquier gran escritor.
En los vagones que cubren la línea 1 del Metro de Madrid ya no renuevan los textos, pero todavía se conservan algunos de los antiguos posters. Da gusto acercarse a leerlos, entre vaivenes y frenazos y obstáculos humanos que se mueven al ritmo del chacachacachá del tren.
"Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus pequeños rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa"
Julio Cortázar
Historias de cronopios y de famas
En los vagones que cubren la línea 1 del Metro de Madrid ya no renuevan los textos, pero todavía se conservan algunos de los antiguos posters. Da gusto acercarse a leerlos, entre vaivenes y frenazos y obstáculos humanos que se mueven al ritmo del chacachacachá del tren.
"Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus pequeños rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa"
Julio Cortázar
Historias de cronopios y de famas
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