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ungancho

con elegancia

Incluso cuando se sienten como romanos

-de aquellos de la época de la decadencia-

se rascan la memoria con las dos manos

sin poder hablar más que con su silencio.

Y ya no quieren hacerse amar

porque se dan muy poca importancia.

Están desesperados,

pero con elegancia....

 

Sienten la pendiente más resbaladiza

que antaño, cuando su cuerpo aún era ligero.

Y leen en los ojos de las hechiceras

que cincuenta años es una provincia.

Y queman su juventud moribunda

aparentando que les hace gracia.

Están desesperados,

pero con elegancia...

 

Y van atravesando los bares,

donde ya son los más viejos,

salpicando con las propinas

a callados camareros.

Y les susurran barbaridades

a hembras que casi están rancias.

Están desesperados,

pero con elegancia...

 

Conocen el peso de su cobardía

y pueden no perdonarse jamás;

y saben prescindir un día y otro día

de eso que se entiende por felicidad.

Y aunque ya casi no hay en qué soñar,

se sienten orgullosos porque aún bailan sus almas.

Están desesperados,

pero con elegancia...

 

Poema inédito de Jacques Brel, con música, versión del francés y adaptación de Gabriel Sopeña. Canta Loquillo.

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