sin perdón
Llevo varios días soñando con Amaya y empiezo a preocuparme. En menos de nueve meses me casaré y, espero que antes, me habré replanteado también mi futuro personal y profesional. Me esperan semanas de temores, miedos y ansiedades, y sé que el exceso de tensión generará más estrés, más insomnio y más tristeza. Pero yo sé que no sueño con Amaya por eso. Sueño con ella, simplemente, porque aún la quiero.
1 comentario
historias -