buenos y malos
Aunque intuyo un montaje obligadamente salvaje, Crash me permite divagar sobre la inagotable gama moral de grises, cenizas, plateados y pardos que nutre la torpe e imperfecta existencia del ser humano. Los diversos escalones de la jerarquía moral, los necesarios sacrificios de una raza de supervivientes, las hipócritas y miedosas justificaciones que la vida nos presta como muletas éticas, la posible culpabilidad de la víctima, la inaceptable inocencia del verdugo, la dictadura de los estereotipos y la intuición como última instancia de justicia... Muchas películas nos han planteado reflexiones similares, pero agradezco que esta vez no se caiga en prejuicios ni se llegue a artificiales moralejas.
Me pareció, desde luego, buen cine.
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