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ungancho

la virtud

En una de las provincias más recónditas del oeste de Uganda, cerca de los distritos de Mbarara, Bushenyi, Rakai y Ntungamo, el pueblo de los Nyankore practica uno de los ritos más antiguos de mundo.

En circustancias adversas, de enfermedad de familiares, o malas cosechas, o amores no correspondidos, o cuentas pendientes, los varones de la tribu se mutilan alguna parte del cuerpo y ofrecen esa mutilación como sacrificio a su dios, de forma que la enfermedad se cure, o las malas cosechas tornen en buenas, o el amor solitario sea correspondido, o las cuentas pendientes se cierren.

Pero la realidad es que nada de eso ocurre, y la mayoría de los varones de la tribu de los Nyankore ha muerto como consecuencia de las infecciones y septicemias provocadas por los cortes y extirpaciones que ellos mismos se practican, de forma que la población masculina se ha reducido en los últimos tiempos hasta costituir hoy tan solo un 10% del total.

Los pocos hombres que quedan malviven sin los dedos de las manos, o sin una de las piernas, o tuertos, o mancos, o sin lengua, optimistas todavía ante lo que creen será el sacrificio definitivo que les devuelva la buena suerte perdida.

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