mangas cortas
No es el día mundial de la poesía, pero
Hoy le han dado el Reina Sofía a Caballero Bonald, a mi modo de ver poeta huidizo y poco compremetido con su propia obra, pero absolutamente entregado a su ideología y a sus principios.
Ángel González firmaba anteayer en una de las casetas de la Feria del Libro de Madrid. No tenía a nadie, pero miraba con cierta elegancia hacia el infinito, justo a la altura de los ojos de los curiosos que pasábamos por delante.
Y Manolo me ha traído, por fin, el "Río Turbio" de Gonzalo Rojas; nada más cogerlo, me he puesto a buscar esa única poesía que, según él, le salía bien de cada dos libros que escribía.
ESPERA
Y tú me dices
que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.
Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.
Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.
MUERTE EN EL OLVIDO
Yo sé que existo
porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...
ORQUÍDEA EN EL GENTÍO
Bonito el color del pelo de esta señorita, bonito el olor
a abeja de su zumbido, bonita la calle,
bonitos los pies de lujo bajo los dos
zapatos áureos, bonito el maquillaje
de las pestañas a las uñas, lo fluvial
de sus arterias espléndidas, bonita la physis
y la metaphysis de la ondulación, bonito el metro
setenta de la armazón, bonito el pacto
entre hueso y piel, bonito el volumen
de la madre que la urdió flexible y la
durmió esos nueve meses, bonito el ocio
animal que anda en ella.
P.D. (regalo exclusivo para los que lleguen hasta aquí): Si uno busca pacientemente por esta dirección, descubrirá, disponibles, ficheros de audio y video de casi todos los premios Cervantes.
Hoy le han dado el Reina Sofía a Caballero Bonald, a mi modo de ver poeta huidizo y poco compremetido con su propia obra, pero absolutamente entregado a su ideología y a sus principios.
Ángel González firmaba anteayer en una de las casetas de la Feria del Libro de Madrid. No tenía a nadie, pero miraba con cierta elegancia hacia el infinito, justo a la altura de los ojos de los curiosos que pasábamos por delante.
Y Manolo me ha traído, por fin, el "Río Turbio" de Gonzalo Rojas; nada más cogerlo, me he puesto a buscar esa única poesía que, según él, le salía bien de cada dos libros que escribía.
ESPERA
Y tú me dices
que tienes los pechos vencidos de esperarme,
que te duelen los ojos de tenerlos vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
de palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.
Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de golpear mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en besos
desde la ausencia en la que tú me gritas
que me estás esperando.
Y tú me lo dices que estás tan hecha
a este deshabitado ocio de mi carne
que apenas sí tu sombra se delata,
que apenas sí eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.
MUERTE EN EL OLVIDO
Yo sé que existo
porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...
ORQUÍDEA EN EL GENTÍO
Bonito el color del pelo de esta señorita, bonito el olor
a abeja de su zumbido, bonita la calle,
bonitos los pies de lujo bajo los dos
zapatos áureos, bonito el maquillaje
de las pestañas a las uñas, lo fluvial
de sus arterias espléndidas, bonita la physis
y la metaphysis de la ondulación, bonito el metro
setenta de la armazón, bonito el pacto
entre hueso y piel, bonito el volumen
de la madre que la urdió flexible y la
durmió esos nueve meses, bonito el ocio
animal que anda en ella.
P.D. (regalo exclusivo para los que lleguen hasta aquí): Si uno busca pacientemente por esta dirección, descubrirá, disponibles, ficheros de audio y video de casi todos los premios Cervantes.
2 comentarios
Fabián -
historias -